La inercia de la muerte lenta apabullando los sentidos
próximos a la catarsis, no es más que la espera inerte
de dos mundos atascados en fango seco y delicioso,
dios y demonio que no sucumbe ante el día, sino ante la
noche.
Atrápame en tus celos hermosos y carentes de todo.
Abrázame entre esas garras sensibles corrompidas por
la estupidez.
Comprendo que no comprendo.
Intento pero no puedo
Ambiente enfermo y esquizo (exquisito)
No existe una mejor canción
Que la que entono desafinado a solas
Si supiera que pretenden todos esperando a mi lado,
Sería libre dentro del jardín, antesala de la nada.
Entre olores cálidos y pútridos reproducidos por un idiota
que sigue recibiendo plegarias por correspondencia.
Abandonaría mi credibilidad junto con mi cordura,
pero no señor,
no sé que hacen aquí conmigo.
Lento, más lento
Suave, más suave
Adiós para todos, adiós para ti y para mí
Despedida corta pero abultada en
un idioma desconocido que resalta no lo malo, sino lo
vacío.
Háblame al oído, grita, ¡GRITA!
No te escucho
Mi candado está echado
Mi temor está presente y excitado
Basura tibia se calienta hasta llegar al vapor tóxico
que todos inhalamos, disfrutamos y asimilamos para
producir un poco más, un poco más...
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